Navegante uruguaya cruzó 2 veces el océano Atlántico
Ana Inés Camp tiene el aspecto de una ejecutiva de vacaciones. Su cuerpo es delgado y ágil. Su tez se ve quemada por el sol. No se maquilla. Sus manos lucen limpias y sin callos. Lleva una melena rubia hasta los hombros.
A simple vista, nada de la figura de Ana Inés (55) hace
pensar en una navegante. Sin embargo, en los últimos 15 años recorrió
en veleros más de 100.000 millas náuticas, equivalentes a 5 vueltas al
mundo.
Con una sonrisa tímida, hace pasar a los visitantes a
la cubierta de su hermoso velero Island Packet, amarrado en una de las
marinas del Puerto del Buceo. El nombre de la embarcación es Papillon,
que hace rememorar la novela autobiográfica de Henri Charriére.
El velero, de 12 metros de eslora (largo), tiene un
tamaño que haría asustar a curtidos navegantes. En su bañera (zona donde
se timonea el velero) se observan enormes manivelas y cabos para
levantar las velas.
Nada hace pensar que el cuerpo menudo de Ana Inés pueda
izar decenas de metros cuadrados de las dos velas que necesita el barco
para desplazarse por los océanos y mares.
"No uso nada eléctrico salvo el malacate del ancla", explica la navegante mostrando sus manos cuidadas.
El interior del Papillon es un apartamento donde
abunda la madera de teca. Un living con un tapizado de calidad, dos
cómodos camarotes, una cocina completa, calefacción, equipo de audio y
una biblioteca en ambas bandas le dan un toque acogedor a la sala de
estar. En la biblioteca se mezclan relatos de navegantes solitarios con
novelas clásicas.
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