sábado, 1 de agosto de 2015


   Navegante uruguaya cruzó 2 veces el océano Atlántico

Ana Inés Camp tiene el aspecto de una ejecutiva de vacaciones. Su cuerpo es delgado y ágil. Su tez se ve quemada por el sol. No se maquilla. Sus manos lucen limpias y sin callos. Lleva una melena rubia hasta los hombros.


A simple vista, nada de la figura de Ana Inés (55) hace pensar en una navegante. Sin embargo, en los últimos 15 años recorrió en veleros más de 100.000 millas náuticas, equivalentes a 5 vueltas al mundo.
Con una sonrisa tímida, hace pasar a los visitantes a la cubierta de su hermoso velero Island Packet, amarrado en una de las marinas del Puerto del Buceo. El nombre de la embarcación es Papillon, que hace rememorar la novela autobiográfica de Henri Charriére.
El velero, de 12 metros de eslora (largo), tiene un tamaño que haría asustar a curtidos navegantes. En su bañera (zona donde se timonea el velero) se observan enormes manivelas y cabos para levantar las velas.
Nada hace pensar que el cuerpo menudo de Ana Inés pueda izar decenas de metros cuadrados de las dos velas que necesita el barco para desplazarse por los océanos y mares.
"No uso nada eléctrico salvo el malacate del ancla", explica la navegante mostrando sus manos cuidadas.
El interior del Papillon es un apartamento donde abunda la madera de teca. Un living con un tapizado de calidad, dos cómodos camarotes, una cocina completa, calefacción, equipo de audio y una biblioteca en ambas bandas le dan un toque acogedor a la sala de estar. En la biblioteca se mezclan relatos de navegantes solitarios con novelas clásicas.
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